Cuando nuestros hijos son pequeños, uno de los momentos más relajantes es cuando los vemos dormir, agotados tras un intenso día descubriendo cosas nuevas. Pero a veces, este sueño no es todo lo tranquilo que debería. Tal vez, hayas escuchado como tu hijo o hija rechina los dientes en sueños. Ese ruido, que puede ser ligero pero que en ocasiones es fuerte y hasta molesto, puede ser preocupante cuando no es algo que suceda una vez por casualidad, sino que estamos escuchándolo con frecuencia. Es el momento de buscar odontólogos Santiago de Compostela para llevar al niño.
El bruxismo es un problema frecuente tanto en niños como en adultos, pero si no se toman medidas puede causar problemas muy serios, como el desgaste o la ruptura de una pieza dental. Pero también otros de más difícil solución como daños en la mandíbula por la presión que se mantiene. Las causas del bruxismo pueden ser diversas. Cuando salen los dientes y duelen, algunos pequeños reaccionan de esta forma ante las molestias que sufren. En otros casos, pueden actuar así porque son niños nerviosos, con ansiedad o con hiperactividad. Incluso hay quienes dicen que esto puede estar causado por otros problemas de salud, como los parásitos, algo que no está muy claro.
El dentista se encargará de ver que la dentadura esté bien y de que no hay dolores o molestias en ella que puedan estar causando el problema. De aparecer estos factores, tendrá que tomar medidas para solucionarlos. En caso contrario, puede recomendar que el niño use una férula de descarga, una especie de funda de silicona que se pone para dormir y que impide que los dientes se rocen. Seguramente, las primeras noches proteste y se sienta incómodo pero con el paso del tiempo acabará acostumbrándose.
Si el bruxismo no está causado por dolores en los dientes hay que acudir al pediatra para que descarte otros problemas de salud y valore si se puede tratar de un caso de ansiedad o hiperactividad. Si se descartan los problemas de salud, es el momento de acudir a un psicólogo infantil para que estudie el caso. No debemos de caer en el error de pensar que la ansiedad infantil no tiene importancia. Enseñar al niño a gestionarla le ayudará mucho de cara a su vida adulta y también para etapas tan duras como la adolescencia.