Alimentación

Hoteles caros 

Cuentan mis amigos más antiguos que yo siempre era una persona bastante tacaña y no me lo acabo de creer. Dicen que no me gustaba nada compartir y que si se trataba de dinero no existían los amigos. Y alguno de ellos me recuerda alguna anécdota que, sin dudar de que sea cierta, me suena a protagonizada por otra persona. Es que como cuando ves una foto antigua y dices: ese no soy yo. 

Pero ahora soy una persona totalmente diferente y mis conocidos actuales hasta me acusan de derrochador. ¿Puede una persona cambiar tanto? Soy un caso bastante único porque yo creo que quien nace tacaño, muere tacaño, ¿no? Puedo poner de ejemplo mi afición por los hoteles caros. Es que soy incapaz de reservar un hotel barato. Y es que nunca voy a hoteles por temas laborales, siempre es por vacaciones con mi mujer, así que, ¿para qué ahorrar?

A mi mujer le encanta desayunar en los hoteles. Yo creo que es una de las cosas que más le gusta del mundo. Así que siempre reservo hoteles con desayuno. Y como los hoteles son caros, los desayunos son de esos que hacen época. Si es que en el último hotel que estuvimos hasta tenían casi diez tipos de leches diferentes, incluyendo Leche semidesnatada BIO sin lactosa, la que toma mi mujer. ¡Imaginaos la cara de mi mujer cuando descubre que va a poder tomar su triple cafelito con la leche que le gusta! Impensable en casi cualquier hotel, claro. 

Imaginaos que voy a un hotel de media estrella y pregunto al camarero si puedo tomar el café con Leche semidesnatada BIO sin lactosa. Posiblemente me diría que sí, para acto seguido echarse la carcajada más grande de su vida laboral como camarero de hotel.

Así que si gastando un poco más consigo que mi mujer sea la esposa más feliz del universo, ¡cómo voy a andar contando el dinero que gasto para las vacaciones! Que algún día se acabará el dinero y nos tendremos que conformarnos con el desayuno en la cama… de nuestra casa: pero que nos quiten lo bailao.