Hay gente que cambia de coche como si se cambiaran de calzones, parece que no les cogen aprecio a los coches que utilizan a diario, se compran un coche y al poco tiempo lo cambian por un Mercedes segunda mano, el cual también no les dura mucho en sus manos. Personalmente yo no podría hacer algo así, para mí mi coche es como otro familiar más, le tengo un gran apego, ya que me lleva a donde yo quiero sin que ponga ninguna oposición, para tener que cambiar de coche me tiene que decir el mecánico del taller que el coche ya no tiene arreglo, algo que me daría una pena tremenda. Aprecio a mi coche tanto que aunque tuviese dinero para comprarme otro coche no lo haría, preferiría arreglar el que ya tengo, y me sentiría mucho más feliz que si comprase un coche nuevo.
Los que cambian de coche por motivos de trabajo aún tienen un pase, ya que hacen muchos kilómetros a diario y los coches al poco tiempo de tenerlos van perdiendo fiabilidad y para pasar el día en la carretera tienes que tener mucha confianza en tu coche, los coches de empresa por lo general no los arreglan sino que los tienen contratados con un leasing en el cual les cambian de coche cada pocos meses.
Las empresas de coches de segunda mano hoy en día están vendiendo muchos más coches que en los concesionarios oficiales, ya que la gente prefiere un coche en el cual le dan una garantía de funcionamiento óptimo durante un par de años o así y les sale por mucho menos dinero de lo que te gastarías en un coche nuevo que nada más salir del concesionario ya se devalúa una barbaridad, aunque no comprendo muy bien el motivo.
Poca gente está dispuesta hoy en día a comprarse un coche nuevo, salvo los que tienen mucho dinero, a los cuales les da igual un coche que otro, esta gente solo ve que el coche esté lo más nuevo posible, no tienen esos lazos con sus propios coches como tenemos el resto, ellos se lo pierden.