En vacaciones todos aprovechamos el tiempo como más nos gusta: ir a las terrazas, a la playa o pasear por zonas de montaña. Pero, en la gran mayoría de los casos, lo hacemos bajo el sol y nuestra piel se broncea.
Hoy, todos sabemos que la protección solar es absolutamente imprescindible y también cómo debemos de usarla. La mayoría lo hacemos bien pero incluso con todo el cuidado, la piel sufre durante el verano ya que el sol la deshidrata. Si a esto se une el salitre, el cloro de la piscina o el usar productos diferentes cuando vamos de viaje, es evidente que estamos sometiendo a nuestro órganos de mayor tamaño a un trato muy duro.
Por eso, al volver de vacaciones conviene darle a la piel un buen cuidado para que recupere sus vitaminas, sus niveles de hidratación y se vea bonita y elástica. Y, para eso, debemos de encomendarnos a un dermatólogo especialista tratamientos cara.
Lo primero que hará el dermatólogo será analizar la piel para ver cuáles son los tratamientos que mejor ayudarán a su recuperación. En la mayoría de los casos, se recomendará un peeling corporal para eliminar todas las células muertas y mantener el bronceado durante más tiempo y, a continuación, un tratamiento hidratante intenso, especialmente en la cara.
La cara es la parte del cuerpo que más sufre con el sol porque es la que está expuesta todo el tiempo. Por eso hay que cuidarla especialmente. La cosmética personalizada es una estupenda solución para el cuidado del rostro. El dermatólogo puede crear para nosotros una crema personalizada que contenga exactamente lo que nuestra piel necesita, ya sea hidratación, ya sea vitamina o ya sea un conjunto de ambas cosas.
También nos explicará cuáles son los mejores productos para el cuidado diario y para maquillarnos y las rutinas que debemos de seguir para limpiar la piel a fondo cada día. La limpieza de la piel es clave para que esta esté bonita y pueda además recibir todos los beneficios de los tratamientos a través de unos poros limpios y receptivos.
Además de todos estos tratamientos no debemos de olvidar lo que es el cuidado por dentro, tomando suficiente agua todos los días para que la piel esté perfectamente hidratada. Así, se mantendrá elástica y la aparición de arrugas se retrasará lo más posible.