Entiendo que para los que deben coger vuelos de forma habitual por trabajo, los aeropuertos terminen por convertirse en lugares rutinarios y aburridos, pero para los que viajamos por ocio, generalmente en largos viajes para descubrir nuevos destinos, los aeropuertos son como la antesala de un sueño. Aunque todos ponemos caras muy serias y concentradas cuando nos movemos por los pasillos de estos espacios, por dentro sentimos esa chispa de que algo bueno está a punto de suceder, como el niño que se dispone a romper el papel de un regalo.
Y así me siento yo cada vez que llego al Parking low cost aeropuerto Madrid. Debido a que mi lugar de residencia no tiene muy buena conexión con el transporte público, he terminado por acostumbrarme a llevar siempre mi coche cuando voy al aeropuerto. Tiene sus desventajas, sobre todo que debes dejar el coche en un parking, para también sus ventajas, que puedes apurar más el tiempo y no hay problema porque vayas cargado de equipaje.
Porque, como digo, no viajo todo lo que me gustaría, pero si cojo un vuelo, no suele ser para ir hasta Barcelona o Sevilla. Me gustan los grandes retos, cuánto más lejos mejor. Es verdad que ahora hay que reflexionar sobre lo que supone viajar en avión a nivel de coste medioambiental. Pero viajar a China en barco velero es una opción muy romántica pero poco práctica, teniendo en cuenta el tiempo que se puede tardar y que supongo que en el trabajo tendrían algo que decir si estoy un mes en la mar camino de Taiwán.
Así que cuando cojo un vuelo suelo llevar una buena maleta que prefiero dejar en el maletero del coche hasta que llego al Parking low cost aeropuerto Madrid. La suerte es que hay bastantes lugares en los que puedes dejar el coche por un coste relativamente asequible con la seguridad de que va estar a vigilado y que cuando llegues de viaje estará ahí esperando por ti. Y hasta el siguiente viaje, con cara muy seria, pero con una sonrisa de oreja a oreja por dentro.