Málaga dio la bienvenida el pasado año a 5,5 millones de viajeros, cifra que revela la popularidad de este destino andaluz y su trascendencia en el sector turístico. Explorar las principales atracciones de la ciudad sin desembolsar una fortuna es posible.
En primer lugar, familiarizarse con los medios de transporte permite ahorrar en una de las partidas de gasto más gravosas en cualquier escapada turística. En caso de disponer de vehículo propio, es aconsejable localizar un aparcamiento en el centro de Malaga, pues de este modo se disfrutará de una excelente comunicación, reduciendo así los desplazamientos a pie o el uso de transporte público. Este último incluye las redes de ferrocarril, los autobuses interurbanos, los trenes de cercanías y las líneas de metro en la capital. Invertir en bonos de transporte como la ‘Tarjetas Bus’ es un acierto si el tiempo de permanencia será de al menos 5-6 días.
El clima malagueño invita a disfrutar del sol y la playa, con más de 300 días de sol al año. Lo más indicado es incluir ropa ligera en el equipaje, independientemente de que se viaje en otoño o en invierno, dada la calidez de las temperaturas en esta urbe andaluza, cuyas medias anuales son de 23 durante el día y de 13 grados durante la noche, muy por encima de la media europea.
La visita a museos y atracciones culturales es obligada en la capital malagueña, sede del Museo Picasso, el Museo Carmen Thyssen, el CAC, el Centre Pompidou o el Museo Automovilístico y de la Moda. Ahorrar en la reserva de entradas es tan fácil como adquirir la tarjeta ‘Málaga Pass’. Con todo, la mayor parte de los museos y eventos son de acceso gratuito. Y es que Málaga es una ciudad diferente, única en múltiples aspectos, que invita a realizar una escapada turística, al menos una vez en la vida.
