Tengo que admitir que a lo largo de mi vida he hecho dos o tres chapuzas que me han costado caras. Y la última tiene que ver con el lavavajillas de mi casa. El problema es que no es mi casa ni mi lavavajillas, así que estamos intentando buscar una solución antes de acudir a la dueña de la casa porque eso puede suponer un gran problema para nosotros.
La cuestión es que este electrodoméstico tiene muy poco tiempo, poco más de un año desde que se colocó. El anterior, el cual ya estaba bastante viejo, se estropeó y la dueña puso uno nuevo rápidamente. Desde luego que no es el mejor del mercado, pero no había razón para que diese problemas tan pronto. La cuestión es que al poco de ponerlo a funcionar se encendió un piloto mostrando un aviso. Lo dejé para el día siguiente, y ese día siguiente se transformó en meses más tarde mientras el piloto amarillo seguía mostrando un aviso.
No encontraba dónde había puesto las instrucciones y no supe buscarlas por internet así que me quedé sin saber qué me estaba diciendo el lavavajillas hasta que “dijo” basta. Y entonces entré en pánico y busqué un tecnico reparacion electrodomesticos en Pontevedra. No quería ni oír hablar de llamar a la dueña y explicarle el tema porque no se me da nada bien mentir… al menos directamente. Le iba a tener que decir lo del piloto y que no lo revisé cuando tenía que revisarla. Y era más probable que el problema derivara de ahí.
Así es que lo mejor era acudir a un profesional primero para que me diera su valoración. Porque, aunque encontré finalmente las instrucciones no terminé de aclararme si el problema estaba relacionado con no haber usado sal que era de lo que avisaba el piloto. Prefería pagar por mi cuenta a un técnico reparación electrodomésticos en Pontevedra y que me expusiera el problema y luego tomar la decisión de arreglarlo yo mismo antes de enfrentarme al tirón de orejas de la dueña. Y así lo hice.