Los que crecimos en los ochenta, seguramente escuchamos más de una vez eso de que aprovechásemos a comer azúcar mientras tuviéramos dientes de leche, que luego se acababa lo bueno. Y es que muchos padres pensaban que mientras no salían los dientes permanentes, no era necesario cuidar la dentadura de los niños ni acudir al dentista.
Hoy, todo ha cambiado. Los niños cuidan su dentadura desde el primer momento y las consultas a un especialista en Odontopediatría en Narón son algo totalmente normal. Pero, ¿qué ventajas tiene esto para el niño? Muchas, contamos algunas.
Si la caries hace aparición en la boca del niño, puede llegar a afectar a piezas permanentes. Además, una muela con caries puede ser motivo de mucho dolor y no es necesario que el niño tenga que pasar por esa mala experiencia. La salud es fundamental, también la de la boca, y no importa la edad que se tenga.
Los buenos hábitos tienen que adquirirse lo antes posible. Para un niño pequeño, cepillarse los dientes puede ser un juego de imitación si lo hace junto a sus padres. Pero estará cogiendo una buena costumbre, adquiriendo un hábito positivo, que luego repetirá durante su vida, contribuyendo al cuidado de su boca.
El acudir al dentista desde pequeños tiene una doble ventaja. Por un lado, los niños se acostumbran a acudir y muchos ya no desarrollan ese frecuente miedo a acudir al dentista. Porque si la primera vez que se va es con dolor en la boca y para realizar un empaste, puede ser bastante traumático. Pero si es para simples revisiones y para que el dentista te enseñe a cepillarte los dientes, puede ser incluso una experiencia divertida.
La otra ventaja de acudir al dentista es que este irá viendo la evolución de la boca y si los dientes se desarrollan como es debido. Si las piezas permanentes no acaban de salir o las de leche no caen dificultando que las otras bajen correctamente, tomará medidas antes de que sea un problema real. Y en el caso de que vaya a ser necesario un corrector dental, nos recomendará el momento más adecuado para colocarlo de manera que sea efectivo y lo menos doloroso y molesto para el niño.
Una sonrisa bonita y sana es siempre un gran don y contribuir a conseguirla desde la infancia, es siempre una buena inversión de tiempo y de dinero.
