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Disfruta de una escapada idílica en Alicante

A veces buscamos conocer ciudades lejanas porque nos imaginamos que cuánto más lejos está nuestro destino, mayor será la gratificación. Pero no es así. No en pocas ocasiones tenemos muy cerca ciudades llenas de encanto y que ofrecen muchas cosas a viajeros que quieren hacer escapadas cortas pero con gratas experiencias. Alicante es uno de los ejemplos de ciudad que no decepciona y que, por su oferta de ocio y su tamaño, es ideal para una escapada de pocos días pero también para una estancia un poco mayor.

Una de las ventajas de viajar cerca de casa es que puedes hacerlo en tu propio coche si así lo deseas. Esto hace que puedas conocer no solo la ciudad, sino también los alrededores de manera muy cómoda e incluso prolongar la estancia una noche más si así lo pide el cuerpo y el trabajo lo permite. Pero para descubrir Alicante ciudad recomendamos reservar parkings Alicante centro y prescindir del coche. Ya que hay mucho que ver, todo está relativamente cerca y en el coche nos perderemos muchas de las cosas que hay que descubrir al pasear por sus calles. Además, como sucede en todos los centros urbanos, mover el coche no es precisamente una experiencia fácil y agradable.

Seguro que más de una vez has visto en televisión imágenes de las fiestas de San Juan en Alicante. Si es así, te habrás fijado en la plaza de Luceros, un bonito lugar con desde el que puedes moverte por algunas de sus calles, como la Doctor Gadea, en la que están situados algunos edificios de gran valor arquitectónico, como la famosa Casa de las Brujas, de corte modernista.

Otra imagen de postal es el famosísimo paseo de la Explanada de España, con su suelo imitando las ondas del mar Mediterráneo y sus hermosas palmeras. Además, es un punto de la ciudad con mucho comercio callejero, lleno de vida y por el que merece la pena darse una vuelta. Por el centro, no olvides visitar el ayuntamiento o la concatedral.

El Barrio de Santa Cruz es parada obligatoria porque es uno de los lugares más pintorescos de la ciudad. Además, tras haber caminado parte de la mañana apetecerá sentarse en alguno de sus bares a tomar un refresco o ya a comer si se nos ha hecho más tarde. Y todavía nos quedará visitar el puerto, el Castillo de Santa Bárbara y, por supuesto, alguna de sus playas.